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La Cerveza Achel Negra, también conocida como Achel Brune, es una cerveza trapense belga de color oscuro que destaca por su complejidad y equilibrio. Se trata de una Dubbel tradicional elaborada por monjes cistercienses bajo estrictos estándares de calidad en el monasterio de Achel. Esta cerveza presenta un color marrón profundo con reflejos rojizos, una espuma densa y duradera de tono beige claro, y un aspecto ligeramente turbio debido a su carácter sin filtrar.
En boca, la Achel Negra ofrece una experiencia sensorial envolvente. Los sabores predominantes son el caramelo, la fruta oscura (como ciruelas pasas, higos y dátiles), el chocolate y las especias sutiles. Su cuerpo medio-alto proporciona una textura sedosa, mientras que su carbonatación está perfectamente equilibrada para resaltar los matices sin saturar el paladar. El nivel de amargor se sitúa en torno a los 22 IBU, lo que permite un final suavemente seco pero sin robar protagonismo al dulzor residual propio del estilo.
Los ingredientes utilizados en su elaboración son agua de manantial, maltas de cebada caramelizadas, lúpulos aromáticos nobles, levadura de alta fermentación y azúcar candi oscuro, que le aporta profundidad de sabor y una fermentación secundaria en botella. Tiene una graduación alcohólica del 8% vol., lo que le confiere calidez sin resultar agresiva. La Achel Negra es una cerveza ideal para maridar con quesos curados, carnes de caza o postres con base de cacao. Su carácter robusto, pero elegante, la convierte en una de las joyas del repertorio cervecero trapense.
La Cerveza Achel Negra es producida por la Brouwerij der Sint-Benedictusabdij de Achelse Kluis, una de las pocas cervecerías trapenses auténticas del mundo. Ubicada en la localidad de Achel, en la región de Flandes, al noreste de Bélgica, esta abadía cisterciense de estricta observancia (también conocidos como trapenses) ha sido un bastión de espiritualidad, trabajo manual y autosuficiencia desde su fundación.
La historia cervecera de Achel comienza en 1850, cuando monjes provenientes de la Abadía de Westmalle establecieron un nuevo monasterio en esta región y comenzaron a elaborar cerveza como parte de su vida monástica y para el sustento de la comunidad. Durante el siglo XX, la producción se detuvo en varias ocasiones debido a las guerras mundiales, hasta que en 1998 se retomó la actividad cervecera bajo el liderazgo del hermano Thomas y con la ayuda técnica de otros monjes cerveceros de Westmalle y Rochefort.
La fábrica de Achel se convirtió oficialmente en cervecería trapense al cumplir con los requisitos de la Asociación Internacional Trapense, que incluye producir la cerveza dentro de la abadía, bajo supervisión monástica, y destinar los beneficios a fines benéficos y comunitarios. Sin embargo, en 2021, tras la jubilación del último monje cervecero, Achel perdió temporalmente el sello oficial de "Authentic Trappist Product", aunque sigue utilizando el mismo proceso, recetas y estándares de calidad.
La fábrica se encuentra justo en la frontera entre Bélgica y los Países Bajos, en un entorno natural protegido. Aunque ya no tiene monjes elaborando directamente la cerveza, la producción sigue siendo respetuosa con la tradición trapense, y las instalaciones continúan abiertas al público con una brasserie donde los visitantes pueden degustar estas cervezas históricas.
La Achel Negra no es solo una cerveza, sino un fragmento viviente de la historia trapense belga. Una de sus curiosidades más destacadas es que Achel fue la séptima y más pequeña cervecería trapense del mundo que contaba con la certificación oficial, hasta que en 2021, tras la jubilación del último monje cervecero residente, perdió su etiqueta "Authentic Trappist Product". Esto no implica que su calidad haya disminuido: las recetas originales, el equipo y el lugar de producción siguen siendo los mismos, y continúan elaborando la cerveza con fidelidad monástica, aunque ya no bajo supervisión directa de monjes.
Otra anécdota interesante es que la Achel Negra fue una de las cervezas desarrolladas en colaboración con otras abadías trapenses. En su relanzamiento moderno en los años 90, los monjes de Westmalle y Rochefort jugaron un papel fundamental para recuperar la producción, compartiendo sus conocimientos técnicos y tradiciones, lo que hace que esta cerveza sea una suerte de ?síntesis trapense? en cada botella.
Además, Achel siempre ha sido reconocida por su extrema fidelidad al método artesanal. A diferencia de muchas cervezas industriales, la Achel Negra no se filtra ni pasteuriza, y continúa refermentando en la botella, lo que le permite evolucionar con el tiempo. Es decir, cuanto más tiempo se guarda adecuadamente, más complejidad adquiere su sabor, haciendo que cada botella se convierta en una experiencia distinta.
Finalmente, su localización es también única: la abadía de Achel se sitúa justo sobre la frontera entre Bélgica y los Países Bajos. Tanto es así, que en el interior del edificio se puede cruzar de un país a otro con solo cambiar de sala. Esta peculiaridad ha convertido la visita a la cervecería en una atracción para aficionados al turismo cervecero que buscan tanto sabor como historia. Sin duda, la Achel Negra es una cerveza que combina espiritualidad, tradición y carácter en cada sorbo.
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Sku: CER12094 |
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EAN: 5425007658880 |
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Marca: Achel |
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Familia: Cerveza |
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Caja: 24 uds. |
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Personalizado: No |
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Volumen: 33 cl |
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Grados: 8,00 |
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