Averbode 33Cl

Cerveza Averbode: Historia monástica, sabor moderno

La Averbode es una cerveza belga de abadía que fusiona siglos de tradición monástica con una elaboración contemporánea de alta calidad. Esta Belgian Blonde Ale es producida por la prestigiosa cervecera Brouwerij Huyghe, famosa por su trabajo con cervezas de abadía, incluyendo la icónica Delirium Tremens. Averbode fue originalmente elaborada en el seno de la Abadía de Averbode, una institución religiosa con raíces que datan del siglo XII, y cuya receta ha sido actualizada para adaptarse a los estándares actuales del paladar cervecero sin perder su esencia espiritual.

En copa, Averbode presenta un color dorado brillante con reflejos pálidos y una espuma blanca, densa y duradera. En nariz, predominan los aromas especiados y frutales, con notas de clavo, pimienta blanca y levadura belga, acompañados de un fondo suave de malta y sutiles toques herbales. Al paladar, es una cerveza de cuerpo medio, con un equilibrio preciso entre dulzor maltoso y amargor moderado. Su grado de amargor (IBU) ronda los 30, proporcionando un final seco, limpio y refrescante.

La receta incorpora trigo, cebada, avena y centeno, lo que le otorga una textura suave, sedosa y compleja. La levadura belga empleada realza su carácter especiado y su efervescencia natural, mientras que una sutil dry-hopping añade frescura y complejidad aromática. Su graduación alcohólica es de 7,5% ABV, lo que la hace ideal para disfrutar pausadamente, sola o acompañando platos como quesos semicurados, pescados grasos, carnes blancas o mariscos.

La cerveza Averbode no solo destaca por su perfil sensorial, sino también por su producción ética: parte de los beneficios se destinan al mantenimiento de la abadía, lo que refuerza su vínculo con la historia y la comunidad local. Esta combinación de artesanía, historia y calidad convierte a Averbode en una opción excepcional para los amantes de las cervezas de abadía con carácter, equilibrio y alma.

Averbode: una joya elaborada por Brouwerij Huyghe, la tradición cervecera de Melle

La cerveza Averbode es una auténtica cerveza de abadía belga, elaborada por la reconocida Brouwerij Huyghe, una de las cerveceras más emblemáticas de Bélgica. Fundada en 1906 por Léon Huyghe en la localidad de Melle, en la provincia de Flandes Oriental (Flandre Orientale), esta cervecera ha mantenido una línea constante de innovación, respeto por la tradición y un compromiso con la calidad durante más de un siglo. La sede de la fábrica está ubicada en Antwerpsesteenweg 260, 9090 Melle, Bélgica, un enclave histórico que ha visto evolucionar la empresa familiar a lo largo de cuatro generaciones.

La historia de la cervecera Huyghe es un ejemplo de perseverancia y visión a largo plazo. Desde su fundación a principios del siglo XX, ha logrado consolidarse como una de las productoras de cerveza más internacionales del país, con presencia en más de 100 países. Actualmente, está dirigida por Alain De Laet, bisnieto del fundador, quien ha llevado a la cervecera a nuevas cotas de prestigio mundial gracias a marcas como Delirium Tremens, Floris y, por supuesto, Averbode.

El proyecto de la cerveza Averbode nació de la colaboración con la Abadía de Averbode, un monasterio premonstratense fundado en el año 1134. Esta alianza combina la espiritualidad y legado de los monjes con el saber hacer técnico y comercial de Brouwerij Huyghe. El resultado es una cerveza que rinde homenaje a las antiguas tradiciones monásticas de elaboración cervecera, pero con una ejecución moderna, impecable y adaptada al gusto contemporáneo.

El vínculo entre la abadía y la cervecera también tiene una dimensión ética: parte de los beneficios generados por la venta de Averbode se destinan a la conservación del patrimonio histórico y actividades sociales impulsadas por la comunidad monástica. Esta colaboración convierte a Averbode no solo en una cerveza con valor gastronómico, sino también cultural y espiritual, elaborada por una fábrica que representa lo mejor del saber cervecero belga.

Averbode: curiosidades y secretos de una cerveza con alma monástica

La cerveza Averbode no solo destaca por su calidad y equilibrio, sino también por las múltiples curiosidades que rodean su historia y producción. Una de las más interesantes es que esta cerveza de abadía revive una tradición interrumpida durante siglos: los monjes de la Abadía de Averbode, ubicada en la región de Brabante, Bélgica, ya elaboraban cerveza en el siglo XIV. Sin embargo, la producción cervecera dentro del recinto monástico fue interrumpida en el siglo XIX. No fue hasta el año 2014, tras un acuerdo con la cervecera Brouwerij Huyghe, que se retomó la elaboración de una cerveza con el sello espiritual de Averbode.

Otra curiosidad es que Averbode no se limita a ser una cerveza comercial más con una etiqueta religiosa. Su diseño de etiqueta es sobrio, elegante y minimalista, inspirado en la arquitectura de la propia abadía. El escudo de la orden premonstratense y los colores suaves simbolizan paz, contemplación y autenticidad, diferenciándose claramente de muchas otras cervezas belgas que apuestan por etiquetas más coloridas o recargadas.

Una característica técnica poco habitual que llama la atención es el uso de cuatro cereales en su receta: cebada, trigo, avena y centeno. Esta combinación no es frecuente en cervezas de estilo Belgian Blonde Ale y le aporta una textura cremosa y una complejidad de sabores únicos, que van desde notas ligeramente especiadas hasta un suave dulzor maltoso con un final seco. Además, Averbode se somete a una ligera técnica de dry-hopping, que le aporta una frescura aromática atípica en cervezas de abadía tradicionales.

También es interesante destacar que una parte de los beneficios obtenidos por la venta de esta cerveza se destina al mantenimiento del patrimonio de la abadía y a obras sociales promovidas por la comunidad religiosa. Esta dimensión ética y solidaria le da un valor añadido frente a otras cervezas comerciales, convirtiéndola en una elección consciente para los amantes del buen beber.

En resumen, Averbode es una cerveza que no solo se disfruta en copa, sino que también invita a conocer su historia, su trasfondo espiritual y su compromiso con la autenticidad, convirtiéndola en una verdadera joya del patrimonio cervecero belga.